sábado, 22 de agosto de 2020

ME CRIÉ, PEGADA A LAS FALDAS DE NARCISA

 

Autora: Nancy Simunic Huerta

La vida de Narcisa desde mi memoria

Déjame contarte, un poco de la vida de Narcisa, nace en Santa Cruz de Aragua, probablemente un 24 de Diciembre del año 1900, fecha que le colocaron en su cédula el día que la emitieron,(13-7-1967) pues no tenia registro de su nacimiento, le calcularon la edad, por algunos eventos que ella mencionó, hija de Isabel Arambulo, de origen mexicana y de Manuel Tesorero ,   Villa de Cura ,estado Aragua, es la mayor de 4 hermanos, era mestiza, de cabellos negros muy lizo y ojos pardos; desde muy pequeña aprende a cultivar la tierra y los oficios de la casa.

Narcisa en el centro roeada de hijas y nietas

Cuando tenía ocho años su madre fallece, su padre se vuelve a casar, las relaciones con sus madrasta no son buenas, según, mi tía Petra María Huerta, esta le echaba mucha vaina, decide irse a Turmero con su madrina Marcolina, al sector de" la Marcelota", junto a su madrina siguió  cultivando la tierra en un lugar llamado "La Troja", en Rosario de Paya; junto a los trabajadores aprendió a fumar con la candela pa'dentro, costumbre que llegue a ver.

 Cada ocho días bajaba al centro de Turmero a vender la cosecha, por lo cual aprendió a comercializar los producto y llevarse muy bien con los números .Ya adolescente conoce ,a mi abuelo, Víctor Huerta, de origen isleño, para ese momento era jefe civil de Turmero, se enamoran y se casa, viven en Guayabita, en la casa de Los Mijares, mi abuelo le dan un cargo de Capataz en la vaquera, que formaba parte de  escuela la genética, Pertenecía al Fundo la Trinidad; ubicada hoy en día en el sector Samán de Guere, sector 19 de Abril, del municipio Santiago Mariño, del Estado Aragua. Ahí nacieron sus 8 hijos,

En 1935, se establecen por fin, cuando por medio de su compadre Chacón, quien era perito agrónomo, le concede una hectárea, la cual limpia y defiende a punta de machete, de un desalojo y con ayuda de algunas mujeres del hogar campesino (Hoy en día Escuela técnica Agropecuaria Gonzalito,) construye  casa de bahareque, con caña amarga ,palos que ella misma corto y barro, esta tierra que le da el sustento para su casa, y sacar adelante a sus hijo, pues para entonces ya había quedado viuda.

Cuando sus hijos ya mayores, empezaron a trabajar,(Petra, Flor y Víctor) construye la casa de bloques, mis tías no le hicieron columnas, y a pesar del tiempo se mantiene de pie, creo que tiene columnas muy fuertes, el sacrificio y el amor, con las que ellos las construyeron, en esa casa transcurrió nuestra infancia,  adolescencia, soy la segunda nieta, por parte de su hija menor, Rosa Amelia, Narcisa fue más que mi abuela, fue mi madre, porque ella nos cuidó, nos corrigió reprendió cuando lo creyó necesario, 'si le, gritabas, dañaba la mata del jardín, o intervenías en las conversaciones de los mayores, seguro te esperaba la ramita coba dulce, que te quemaba la piel.

Narcisa usaba trenzas, que sujetaba con una peineta, en sus pies alpargatas, y vestidos de estampados de flores, con una cinta en la cintura, medio fondo, en su orejas llevaba una argollitas de oro cochano, siempre sincera, siempre con la verdad por delante, compartía lo poco que tenía con sus vecinos, no era mujer de chisme, siempre laborando en la casa.


La tierrita de Narcisa

Entre siembras, de caraotas, frijoles ,maíz, cambures, entre la cría de gallinas, patos, cochinos ,pájaros, cultivo de diferentes plantas ornamentales, clavellinas, cola de mono, capacho, bella la once, orquídeas, crisantemos, árboles frutales, mangos, manguitas, mandarina, ciruelas, mamón, hijos, riñón, cerecitas; planta medicinales, poleo, orégano, malojillo, llantén; nos  alimento, con  fororo, hecho con maíz blanco tostado, cachapas, hallaquita de jojotos, plátano sancochado con queso, dulce de lechosa ,cabello de ángel, arepas de maíz, masa preparada en casa, ayudábamos a recoger la cosecha, las vainas de las caraotas, la metíamos en sacos y nos daba unos palos, empezábamos a majar, y entre risas, se convertía en una diversión, ayudábamos a desgranar el maíz, que ponía secar en las mazorca colgado  en una alambre que hacía de cuerda, maíz de uso para la próxima siembra, y de alimento para los animales.[1]



[1] A mis queridas viejitas, Petra María Huerta(tía),Flor María Huerta(tía) y Rosa Amelia Huerta(mi madre),quienes me aportaron sus recuerdos, en momentos de tertulias, algunos ya desvanecidos por el tiempo..  "ay!  Dios, no me  acuerdo..", por compartir pequeños tesoros,(fotos, cedula, crucifijo, botones, pañuelo, ombligos de sus hijos y nieta) guardados celosamente... "Después me lo regresas"...Yami, indicaba mis tías y mi madre

UNA SEMBLANZA DE VICENTA BLANCO

 

Autora: Ana María Rodrígues Macedo

 

Nace en la histórica ciudad de La Victoria el 8 de agosto de 1954, en el hospital Concepción Palacios. Sus padres Eusebia Blanco, quien aún vive y Martín Colmenares Revete (fallecido).  Desde que nació fue a vivir en Araiza y pasó toda su niñez junto a sus padres en la finca "Mocundo" en Araiza, viviendo en carpas. Cuenta Vicenta que cada vez que su papá se mudaba recogían la ropa en sacos, los montaban en las mulas y buscaban un lugar nuevo donde hubiera agua para cultivar el conuco y así sostenerse. En una de sus memorias recuerda que su papá se mudó para "San Tuque" y ahí no prosperaron con la agricultura, por la poca agua. Vivió en Araiza su niñez y juventud y en la finca "Vizcaya" vivió 5 a 6 años.

Vicenta Blanco relatando sus memoria  a la autora del trabajo

Desde niña trabajó con su familia como peones en la finca "Mocundo" propiedad de Hortensia De Mejías mientras su mamá ayudaba a preparar la comida y ella una niña de 8 años ayudaba en las labores y cultivar la tierra. Vicenta nunca aprendió a leer y escribir, más si a narrar sus experiencias de vida a sus hijos y vecinos. De su primer concubinato tuvo tres (3) hijos: Doris, Williams y Ana y del último concubinato tuvo una (1) hija.

En uno de sus relatos cuenta que en Araiza cultivaban verduras y café en las faldas del cerro y en las Vegas del Río Tuy y la Quebrada de Araiza, en la montaña criaban el ganado. En la casa grande que quedaba por los lados de "Las Patillas", funcionaba una oficina donde llegaba los arrieros a descargar la mercancía y pasarla a otros burro, ahí comían y descansaban y después seguían en su viaje por el camino real hacia otras estaciones (Guayas o Guayita). En la casona preparaban la comida para los peones y para los arrieros, además de traer la leche para preparar el queso llanero, el cual,  lo untaban con bosta de vaca para que no le callera los gusanos y después de curado lo raspaban quedando el puro queso llanero; lo que hoy en día lo conocemos como queso artesanal. Vicenta, se iba con la Sra. Hortensia a revisar los linderos de la finca "Mocundo", montadas en una mula cerro arriba, y en algunos puntos del lindero procedían con una chícora romper la roca viva para colocar la cerca de púas. Comenta que era como Candela cuando le daban a la roca para romperla.

Vicenta se vino a vivir a Guayita a los 36 años cerca de sus hermanas y desde entonces se quedó aportando conocimientos y narrando historias a sus nietos, bisnietos y vecinos quedando mucho que contar sobre la biografía de Vicenta Blanco.

 

 

MEMORIAS DE VICENTA BLANCO

 

VICENTA: - ...ese tiempo la gente...cuando nosotros llegamos aquí, que llegamos donde la difunta Paula, tenía ya tiempito viviendo aquí, pero la peste ya haba pasado, eso si no dejaban jugar mucho pá rriba, pá Los Tamarindos. Pasábamos, pero ellos nos bañaban con DDT, era la mano hinchadas así de DDT, la difunta Paula, la abuela Paula.

PAULA: - ¡vengan, vengan, mis niños!

Y nos empavonaban de DDT, empavonaban de DDT y al agua con que nos bañaban, ella le echaba un poquito de polvo de DDT, de lejía y como ceniza y nos bañaban con eso y nos mantenían así.

PAULA: - ¡NO!, La peste bubónica reproduce, es peligrosísima.

VICENTA. - ¡Ayyy!, y nosotros ayudábamos a los Herrera a cazar los ratones, a los Herrera, a Luis Herrera. Que él se pasaba por aquí en la quebrada cazando las ratas. La rata que dio la peste bubónica por la pulga; la pulga ¿cómo dice?, la peste bubónica se reproduce por la pulga, la pulga picaba a uno y ahí aparecía la peste bubónica. Después empezaban a recoger las ratas, nosotros recogíamos en la semana; recogíamos cinco, siete cestas; siete bichitas, siete cajitas así embudan, siete embudos toda la semana. En la siguiente noche, cambiábamos los comederos, la comida y al siguiente día íbamos a recoger las ratas y meterlas en jaulas. Cada bichito lo metíamos en... ¿cómo era?...se embudan así, un embudo, como un embudo de puras paletas, metíamos uno aquí, uno aquí y uno a aquí y él se lo llevaba todos los días veníamos a nosotros en la tarde y en la mañana recogíamos las trampas y en la tarde por ahí a las seis y media, ya estábamos recogiendo las trampas, revisándolas pá ve; en la mañanita nos parábamos a las cinco a revisar todas las trampas. Nosotros agarrábamos de allá abajo hasta allá arriba...por Jabillalito, después nos veníamos de por allá, por allá por el campamento, bajábamos por aquí, por el puente; nos volvíamos a venir y después agarrábamos por aquel cerro alla arriba, hasta Román.

VICENTA: - Por cierto, se perdió la fauna de las perdiz, porque ellos le echaban veneno a los caminos, le echaban veneno y se perdió toda la fauna de la perdiz. Esto aquí era perdiz, perdiiizzz, pero perdiiizzz... ¿cómo dicen?, la codorniz, eso era bandos, eso era bandaóssss...eso era bastante, que nosotros recogimos los huevitos y lo poníamos en una caja, como los bandos. Recogíamos unas perolas y más perolas de huevitos. El tiempo después que echaron los venenos, se perdió la fauna, se perdió todo eso. Quedaron algunas saltoneadas, muy pocas quedaron, pero se perdió, se perdió por eso. Porque ellos le echaban venenos pá las ratas se murieran pá salvar la gente y se perdió casi toda la fauna. Última hora quedan...por cierto que alla arriba... ¿cómo se llama? La montaña, el jueves cuando yo fui, escuchamos. Felipe dice que están....reproduciendo otra vez, se están reproduciendo. Hay un bandito.

VICENTA: - No le hagan daño, déjala quieta, déjala quieta. Cuando tú la escuchas que cantan...chií, chií, chií, chií, ti...y en un solo sitio déjala que esa tiene anidad. Ponen toditos en un solo perol, en un solo sitio. Cinco, siete bichitas de esa ponen, encuentra esa anidad ponen, así los huevitos así, un poco de bichitas así...chií, chií, chií, chií, ti..., y en un solo sitio, búscalas que esa tiene la anidad, ponen toditas en un solo perol, en un solo nido pone, hasta cinco, siete bichitas de esas ponen. Encuentra esa anidad como huevitos así, un poco bichitas así ponen.

VICENTA. - Felipe búscalas para que veas que la vas a conseguir, están por ahí, por allá cantando, bueno búscala para que tu veas. Ellas son conociditas cuando tiene bastantes huevitos...chií, chií, chií, chií. ti.

VICENTA: - ¡Bueno! Se bastante cosas, medio recuerdo.

ANA: - ¡Bueno!, pero cuando la peste bubónica, ¡bueno eso fue la coyuntura que hubo, que desapareció parte de la población.

VICENTA: - De aquí creo que fue la única parte, bueno no estoy segura, creo que fue la única parte que hubo la peste bubónica fue aquí.

ANA: - ¿En Tiara?

VICENTA: - ¡Eh sí!, Tiara, Guayita, no se Cascaronal, Cascaronal. Cascaronal no.

ANA: - ¡En Los Amarillos hay un cementerio!

VICENTA: - ¡Aja, aja!, por aquí también ¡no!, también, ¡no! por aquí arriba también, aquí hubo un cementerio.

ANA: - ¿En Los Amarillos?

VICENTA: - ¡Aja!, por ahí está un cementerio. Un cementerio de la peste bubónica por ahí también. Donde sembraron bastantes cedros. A cada tumba le ponían un cedro, un arboleda de cedros grandísima que hay, no se la...

ANA: - ¡Entonces este es otro cementerio!

VICENTA: - Ahí, hubo un cementerio por ahí. ¡Bueno!, papá, dice mi papá. Nosotros fuimos una vez a comprar cochinos y la gente decía: - “mira ese poco de árboles”. -”No, ese es el cementerio, eso es el cementerio”, pero no me acuerdo el nombre. ¿Cómo se llama?...no recuerdo el nombre. Porque cuando eso estaba yo pequeña. No me acuerdo. Pero, si me dijo que era el cementerio. Por cierto, que ese señor que nos contaba todo eso, que le cinto a mi á pá, se murió, el llego a nombrar, él vivía ahí mismito. Por aquí ácaita, donde vive Agustín Mendoza. Nosotros íbamos a comprar verduras, íbamos a comprar verduras, él nos contó a nosotros...Guayita, Tiara y creo que también Cascaronal. ¡Bueno!, aquí arriba..., ¿cómo se llama?, Manzanilla, Flor Manzanilla, Manzanilla. Palomas es como se llama.

ANA: - ¡Ah sí!, La Hacienda Las Palomas.

VICENTA: - O sea eso. Es un vecindario. Un vecindario así como esto. Pero zanjón como como trancaó, ¿cómo dicen? Pero se pegara así, con este así, pero el zanjón enturbiado de puros cedros es como encajonaó. Se llama las palomas, agua amarilla se llama... tiene un nombre raro por ahí. Ahí el papelón, dicen el papelón donde vive Miguel Blanco, primo mío. Vive arriba. Blanco vive por ahí también. Esa gente también se salieron de ahí...se salieron por la peste. Ellos agarraron pá otro laó, porque quedaron arruinaó. La peste le mato un poco de animales, quedaron arruinaó y se fueron pá otro laó a buscar ¿Cómo e?, sostén a otro laó. Mucha gente, ¡Bueno!, los de aquí se fue, fue por la peste. La peste acabó, acabó también...

jueves, 13 de agosto de 2020

EL CAMARADA SALAS MÉNDEZ: educador y periodista ejemplar

 

Autora: Omaira Ochoa Díaz

Educador de vocación y convicción  durante más de 20 años, y periodista hasta que  las fuerzas  le abandonaron,  el camarada Salas Méndez -como solíamos llamarlo  sus colegas-,  fue un personaje del periodismo en Aragua, que  todos  queríamos y respetábamos.

Siempre fiel a sus afectos, a sus ideales, al compromiso  social-popular que  tuvo como norte  durante  sus 88  años de vida, Salas Méndez fue un  ejemplo por su  coherencia entre la prédica y la acción;  un  luchador social  en la Venezuela  de los  tiempos de  la  dictadura perejimenista, y  la democracia representativa,  un periodista a carta cabal



Lo conocí en  1986.   Era   reportero del Diario El Imparcial “ El decano de la prensa de Aragua”, ubicado en   el  populoso barrio  El Carmen, de Maracay.  Yo  venía  de desempeñarme como jefa de Deportes del Diario  El Siglo, y  apenas comenzaba  en las lides  de corresponsal del Diario El Carabobeño en Aragua.

Lo recuerdo con su cabello cano,  de sonrisa afable, conversador  pero de  hablar pausado,  y  vestir sencillo. Era frecuente topárselo en cualquier calle o avenida de la “ciudad jardín”   portando su inseparable  bolso largo de  mercado donde llevaba   ejemplares de Tribuna Popular, la Revista Índice y otras publicaciones comprometidas  con  el pensamiento marxista, que distribuía  no sin antes hacer  sus recomendaciones sobre  algunos artículos que él  consideraba de mayor importancia.

Pero,  no sólo al hombre de la calle, al expendedor del mercado libre o al peatón que  se topaba en la vía le llegaba el mensaje de estas  publicaciones, sino que durante  su diario trajinar periodístico, en las ruedas de  prensa o en  el recorrido por  las fuentes de política,  igual se las entregaba  al Gobernador de turno;  a los miembros del   Tren Ejecutivo, a los secretarios generales  de partidos políticos de derecha e izquierda,  a sus colegas de profesión y  a los  entrevistados.

Fue, precisamente, durante  una rueda  de  prensa   en la sede  del Partido  Movimiento al Socialismo  (MAS),  que el  dirigente nacional Teodoro Petkoff  rechazó  la   Tribuna Popular que le ofrecía,   además de negarse a  responder  la pregunta  que le formuló  el camarada periodista , y, como si fuera poco   hizo  un comentario ofensivo. De inmediato Salas Méndez  se levantó de la silla y abandonó el  salón, actitud que imitamos los demás colegas  que cubríamos la fuente política:  “El gordo” Luis Guillermo Acosta , corresponsal de El Nacional;  Maritza Pérez Socorro de El Aragüeño; Nélida Arrechedera  de El Siglo;  Yaelitza Nuez , corresponsal  de  Noti Tarde;  yo  como corresponsal  de El Carabobeño, entre otros  comunicadores sociales presentes. Así,  además de  darle una lección  al  entrevistado y solidarizarnos  con el  compañero agredido,  nos cuidábamos de “un tubazo” y la consabida reprimenda en nuestros respectivos diarios.

Y es que tal  como  nos   lo comentaba  Salas Méndez , a quien todos los colegas  apreciábamos  y respetábamos indistintamente  de la posición política de cada uno: “ La distribución  de estas publicaciones  es una línea, una tarea, que me he impuesto yo, no el partido, para cumplir de alguna manera  con el partido en cuyas filas milito, el Partido Comunista de Venezuela”.

Oriundo del  hermoso  pueblo de Bailadores, en el estado Mérida, Santana Emilio Salas Méndez nació  el 5 de agosto de 1914 en el seno de una familia campesina,  honesta y  trabajadora. Desde   temprana edad  combinó sus  estudios  con el trabajo en el campo. En una oportunidad en que conversamos  sobre  el tema  nos comentó “ Yo sé de  ganarme un real  trabajando entre peones, como conchabado, es  decir , concertarse en casas  ajenas para trabajar: atender animales, picarles pasto y otras faenas”.

Hijo  de los bailadoreños   Santana Salas  y María Filomena Méndez de Salas, aclaraba   que  no llevaba  sendos apellidos de sus progenitores por presumir de “aristocratismo genealógico”.

“Lo hago, decía,  en  honor a quienes  enseñan a querer a  los hijos y los libros  concientizadores. A tener fe  progresista en lo hermoso  de la paz y la vida de  los pueblos laboriosos asumiendo la línea polarizante del desarrollo económico social de 1917, cuando la humanidad toma el sendero del porvenir científico y desecha  los corruptos  intereses de las clases preteridas  por la historia”.

Maestro de vocación 

Al graduarse de bachiller en Mérida, Salas Méndez procesa su equivalencia, estudia y se gradúa  en la  Escuela Normal de San Cristóbal, estado Táchira,  en julio de 1949. Antes y después   de graduarse trabajó  profesionalmente  en diversas instituciones educativas del país, entre otras, la Escuela Federal Graduada  Padre Blanco, en Valera-Trujillo, donde cofundó y presidió la Federación Venezolana de Maestros ( FVM)  del mismo distrito, desde la cual  lucha por la justicia social, por el pueblo  y los maestros rurales; la Escuela Federal José Luis  Faure Sabaut de La Puerta como director; y el Instituto de Readaptación  de Menores del Consejo  Venezolano del Niño  en la Isla  de Tacarigua.

En el estado Aragua, donde llega a finales de los años 50, fue maestro  en los  Colegios Ovidio Decroly de El Limón, cercano de donde fijó su residencia,  ubicada en el sector  Sendero Sur de  El Limón, capital del municipio Mario Briceño Iragorry. De igual manera,  en  los Colegios  Valles de Aragua y Santiago de León,  de Maracay. También fue director  del Grupo Escolar  Estado Guárico de Palo Negro,  hasta  pasar  a conducir    y administrar el  Internado  “ La Esperanza” ( 1958-60), cuando es víctima de un despido  indirecto, al ser designado  sub director del Internado  de Menores de Barquisimeto. “Cargo que  no podía  ni debía aceptar por ser  un hecho injustificado y politiquero de  autoridades cevenistas”, refería él.

Después de  más de 35 años de  ejercicio profesional,   Santana Emilio  Salas Méndez introduce ante  las directivas  del Sindicato Único del Magisterio Aragüeño (  SUMA -  FVM) y la Asociación  Nacional de Educadores Jubilados ( ANEJ), su  solicitud de jubilación,  fundamentalmente por  el problema de salud y económico en su hogar,  debido  al  agravamiento y muerte de su madre, quien se desempeñó  en vida como enfermera  del Ministerio de Sanidad y modista.

 La jubilación nunca llegó   y el camarada Salas Méndez dejó de ejercer la docencia “porque los adecos  prácticamente me obligaron  a que me retirase del magisterio”, contaba. 

Pero como docente de vocación  siempre tuvo presente  su función pedagógica que  ponía de manifiesto cuando   recomendaba  a los  colegas periodistas  dejar  .el vicio del cigarrillo y la bebida, ser honestos  en la profesión y no cegarse ante “relumbrones”.

De “Tribuna Popular” a “El Imparcial”

Antes de trabajar  como docente   y después de salir del campo educativo por despido indirecto,  el camarada Salas Méndez se desempeña  como   corresponsal de Tribuna Popular ,órgano informativo del Partido Comunista de Venezuela; de Vía, revista del Magisterio Trujillano. Asimismo, escribió  para el semanario El Kikiriki, y  La Hojilla  



 El 5 de noviembre de 1960 fundan el  diario El Imparcial, y  Salas Méndez   entra como colaborador; posteriormente  comienza  a trabajar fijo  al lado  del comunicador y director Marcos Guerrero Chacón , y del  recordado y apreciado  Gustavo Enrique Arias ,  apodado “El Charrito”, entre otros compañeros de labor.

Con el mismo empeño y vocación con que ejercía  la docencia continua, ya de manera permanente,   su labor periodística en “El decano de la prensa de Aragua”, redactando  noticias,  reportajes, artículos de opinión, siempre  claro en su objetivo al lado del pueblo.

“Para mí el periodismo es un compromiso de corte social-popular.  Lo que escribo siempre  lo hago a favor del pueblo, lo manejo siempre  en función de la defensa del pueblo. Siempre  he procurado  trabajar  en función de una causa justa, buscando  la transformación  estructural de este país en función del Socialismo, por considerar que el Capitalismo es un régimen en decadencia histórica”, sostenía.

Obrero de la industria periodística

El  ejercicio de la docencia  y el periodismo  nunca le hicieron creer  en “relumbrones”, ni  perder su condición de clase. Por eso  el camarada Salas Méndez se consideraba un obrero  más dentro de la industria periodística, porque al igual que  todos sus colegas y compañeros de trabajo carecía de medios de producción.

“Tengo clara  conciencia de lo que uno es como obrero o trabajador de la industria  periodística,  dentro de  la cual  se observa la  necesidad de combatir  el palangrismo y la piratería. Yo lucho por no caer  en eso de malas tentaciones  como el palangrismo u otros vicios, pensando además  que los premios  de cualquier naturaleza han de educar  a los hombres y  mujeres y no al revés”, solía comentar. .

Por su labor  periodística  fue  galardonado,   en  1977, con  el Premio Municipal  de Periodismo, y en 1979 una Mención del  Premio Regional de Periodismo Diego Hurtado. Más recientemente    se creó  en el Premio  regional de Periodismo la Mención en   Ciencia, que lleva su nombre.

Comunista desde el 46

En el año 1946 , a raíz de la  lectura  de textos sobre  marxismo, Santana  Emilio  decide  inscribirse en el Partido Comunista de Venezuela.

“Después de  las lecturas y observar el país  me convencí, y cada vez  estoy más convencido que  aquí se necesita un cambio profundo para empezar a reordenar el país  en función del pueblo, no de élites”, nos  comentó en una oportunidad.

El 21 de agosto  de 1965  el primogénito del camarada    Salas Méndez,  Alfredo Ofini, quien tenía sus mismos ideales,  es asesinado  en Cancamure, estado Sucre. “ Corrió la suerte de millones de hombres y mujeres de América Latina producto de la represión de gobiernos dictatoriales  y seudodemocracias -decía  con nostalgia recordando a su hijo-, por eso cómo no convencerse  cada día más uno de  sus ideales, si en esto tiene raíces muy profundas…”

Con su esposa  Antonia de Salas tuvo  dos hijos, Alfredo  y  Wilfredo, este último licenciado en Educación, egresado de la Universidad Bolivariana  de Venezuela,  quien vive actualmente en El Limón, y  Rosa,  una joven  que criaron y educaron  como una hija más.

“Por su militancia partidista   mi padre fue un perseguido político y fue detenido  en varias oportunidades   por la Digepol, durante la dictadura de Pérez Jiménez, y también  en  el gobierno de Rómulo Betancourt , que hubo mucha represión,  junto con  Ángel Gamboa, Raúl Álvarez, Raúl Castillo,   Gilberto Díaz, Celestino Gutiérrez, entre otros. Y  en el año  1965  sucedió lo de mi hermano”, recuerda Wilfredo.

 

Su casa, ubicada en  el sector Sendero Sur de El Limón  fue  centro de reunión  de  una  célula del Partido  Comunista.  Allí  llegaban    dirigentes nacionales del PCV  como Gustavo Machado,  Teodoro Petkoff, entre otros, y también a la casa de Antonio Parra, otro camarada  residenciado en el mismo municipio.

“En el año 93, ya viudo , porque  mi madre  falleció 9 años después de  mi abuela,  mi padre   se cayó y se fracturó la cadera  y   tuvieron que someterlo en Caracas   a una operación para ponerle una prótesis,  por esa razón dejó de trabajar regularmente en El Imparcial, pero  me  decía: ” Llévame  al diario aunque sea dos veces a la semana,  y así lo hacía yo”,  nos dice  Wilfredo

En el   2002  el camarada Salas Méndez   sufre un Accidente Cerebro Vascular (ACV), y Wilfredo  tiene que  trasladar  a su padre  al Hospital  Central  de Maracay. De allí  lo lleva a su casa, pero  aun no restablecido del todo.  El 25 de Diciembre del mismo año , en pleno  paro petrolero, fallece  en  su casa,  en el sector Sendero  Sur de El Limón, dejando en quienes tuvimos el honor  de  conocerlo y  trabajar junto a él su impronta de hombre  honrado, humilde, luchador social y ejemplar educador y periodista.

Esta crónica la escribo  como  un sencillo homenaje a  quien siempre permaneció  fiel a sus  ideales de justicia y libertad, un personaje del periodismo  en Aragua a quien todos sus colegas queríamos y respetábamos.

La acompaño con unas fotos bastante borrosas, las únicas que tengo de él,  en plena faena periodística, con su libreta,  bolígrafo y el costal de tela colgando del hombro.  Así permanece  en nuestro recuerdo. Paz a su alma.

                                                                                                                                

 

 

 

 

viernes, 7 de agosto de 2020

RELATOS SOBRE UNA MEMORIA Y UNA HISTORIA LOCAL DE COLINAS DE SAN JOAQUÍN DE TURMERO

Autor: Larry Álvarez Torrealba

 Somos  más que diez calles; desde la colina al Gran Valle de Turmero


Desde arriba recorriendo La Colina, desde su cerro en el parque Henry Pittier. Se puede divisar sin mucho esfuerzo, cuatro formas de paisajes; uno que pudiéramos decir natural o selvático que se aprecia más intenso hacia la montaña con sus bosques de galería, árboles de medianos a altos y muy tupidos; y en contraste, comienza a observarse sabanas, pequeños arbustos, colindando con una tercera realidad en transición que no es ni urbana, ni rural, ni selvática, que se pudiera decir periurbana o algo así, bueno dejémosla para la investigación. Y por último, una composición urbana, la cual la describiríamos con estructura de cemento, acero, galpones, tanques de hierro, varias urbanizaciones con quintas, edificios, casas, avenidas y autopistas. Viéndolo bien, hay de todo o casi todo... Y sí, hasta un cementerio compartido; con un pie en el municipio Girardot, ósea Maracay y otro, en nuestra parroquia: Alfredo Pacheco Miranda.



 Cuando vemos el Campo Santo nos persignamos ante tantas cruces. Bueno, algunos se persignaron, otros no. Todos estos panoramas gozan de características particulares, pero unidas por los mismos lazos visibles e invisibles de La Madre Tierra. Continuando la caminata por la colina, a esta altura también se nos concede una ventaja el ejercicio físico nos permite hacer respiraciones más profundas y oxigenar el cuerpo y el alma, mientras la vista se pierde, logramos apreciar el horizonte, se eleva más las posibilidades de sentir y pensar. Es una hermosa vista, como un cuadro pintado por El Hermano Sol, quien forja pinceladas en diferentes tonos a las faldas de los cerros, colinas y sus montañas.

Por este otro costado, podemos observar algunos sembradíos de caña, maíz y frijoles que están inmersos en los linderos y sus demarcaciones al Gran Azul. De pronto, selvas, sabanas y bosques se alzan acentuando la mirada. Es bien sabido, que en este paisaje de verdes existe una gran e inmensa diversidad biológica, donde encontraremos muchas especies de mamíferos, de aves, de reptiles y de anfibios. Hacemos una parada para tomar agua del vital líquido. ¡¡Que sabroso!! Esta zona aporta en mucho el agua que consumen diversos sectores de Maracay. Ya sea por filtraciones a pozos naturales, ubicados en cercanía a esta zona, rica en recursos hídricos. Aparte de una gran fábrica de aire puro. Todo Un Privilegio que no mucho países poseen. Bueno, en este contexto geográfico recordamos y ubicamos al Vecino Gigante de las Colinas. Se lo presentamos si no lo conocen, el Henry Pittier, un parque con una superficie de 107.800 hectáreas de áreas protegidas de la mayor diversidad biológica del mundo.

Pedaleando en La Bici…

Cuando el sol comienza a bajar es hora de subirnos a pedalear en la bicicleta montañera y dar unas vueltas a la cuadra, al barrio y nuestra energía nos da más ganas de retomar el tema del paisaje urbano. Circulamos desde la calle Girardot y cruzamos a la Brion pasamos por la Páez y La Miranda. A ritmo de pedalear, seguimos transitando la cotidianidad, donde transitamos cotidianamente. Empiezan a salir, uno a uno, de dos en dos, los habitantes de las casas y se colocan en sus sillas habituales para la conversa, al son de la brisa y de la música con cierto volumen o conversando pacíficamente o acalorados. En el interior del hogar se abandona el calor y en variados casos, los aires acondicionados y las repeticiones en la televisión por cable con las mismas películas y series, una y otra vez. La sombra da refugio a la buena temperatura y al aposento, para encontrarse. Sus casas llevan sombreros de zinc o platabanda. La cancha luce nuevos postes para recibir en la entrada de la noche a una muchachera que busca jugar colectivamente la competencia.

En la Casa Comunal algunos rezan mientras la organización de la comunidad prepara su agenda. Ya por la mañana, cada quien viene por su porción de nutrientes en la Casa de Alimentación. Saludamos a los estudiantes que lucen sus uniformes de distintos colores. Hay algunas camisas que muestran firmas y dibujos pintorescos o atrevidos en sus telas. Suben y van al Módulo de Salud CDI, los acelerados del corazón, los de alguna ingesta inapropiada, las embarazadas o las lactantes, a los que no visitó Ratón Pérez y decidieron sentarse en la silla de la escupidera y el dolor, a pesar de la anestesia. Toda bullosidad en movimiento, gente entrando y saliendo al trabajo, a la faena, a la vida. Todos se trasladan como pueden, en bicicletas, motos, en carros particulares o camionetas de pasajeros, en los autobuses rojos o simplemente a pie. 

Las cuadras y calles se confunden, San Joaquín 1, 2 y 3; muy cerquitas las líneas de división territorial. Nadie la ve  Ya no son diez cuadras. Y mi contabilidad comunal, incorporo la urbanización La Orquídea, Bungavillas y más allá, la autopista Casanova Godoy que termina llegando a las inmediaciones de la Universidad Bicentenaria de Aragua (UBA). Es inevitable, no ser influenciado por el comercio, entre ellos, un cinturón de galpones (Zona Industrial), como la ferretería EPA y concesionarias de carros. Después de tantas vueltas por los alrededores de la parroquia, regrese a casa, a descansar y guardar la bicicleta, para continuar otro día.

Gente con firmeza  luchando por hacer realidad su sueño de poseer un techo

Son las seis de la tarde y es hora buena para conversar, no hay mucha gente ya. Siempre está llena la casa de Luisa Pérez, si no es el CLAP son las misiones o los del consejo comunal o Somos Venezuela, nietos, hijos o vecinos; repleta día a día y a toda hora su casa. Ella es ex trabajadora del Hospital Central de Maracay. La verdad es que mientras converso con Luisa, me da risa una imagen de ella comiendo mango montada sobre el árbol en medio de su sala risa. Eso fue lo primero que ella me dijo cuando le pregunté que cómo era Las Colinas. Era una zona de árboles frutales justo aquí, donde conversábamos había una árbol de mango mucho antes de talarlo para hacer el rancho, fue su respuesta.

 ¿Qué quien es Luisa Pérez Bernardina de Martínez? Se me olvidó decir que es La Musía. Ahora saben de quién estoy hablando. ¿Por qué te dice La Musía? Por catira, soy hija de un portugués. Todos y todas me dicen La Musía ¿Por musiua? Soy venezolana, de Valle de las Pascuas. Tengo 31 años,  31 años risas. ¿Tan Joven? Será viviendo en Las Colinas. Más risas. La verdad es que tengo 66 años, lo dijo sin tapujos. En el 89 se fundó, sin contar los tres de lucha previos. Con la primera  organización de base llamada “Los Sin Techos”  La mitad de las familias que se vinieron para acá, eran de San Joaquín arriba. Sector 1 Aquí llegaron muchas familias, cuatrocientos diecisiete ranchos. Unas venían de Maracay, otras de Los Llanos, de Los Andes, de Oriente. La mía de Guárico. Están los Pérez, Los Magallanes, Los Colmenares, Los Linares, Los Maldonado, Los Ramírez y los Álvarez. Entre otros todo esto, lo recuerdo callado como te dije había matas frutales, muchos y muchos árboles grandes que fueron talados y quemados hasta sus raíces. 



Y continúa con sus disertación el árbol de aquí duró soltando humo semanas. Pero nosotros, necesitábamos donde vivir y la primera pelea fue en unos terrenos que están antes que éstos donde estamos ahora, allí donde está la pared larga, más abajo, en la principal. Eso era una cerca de palos y alambres de púa. Los terrenos pertenecía a la señora Elia. Sus hijos son unos militares de alto rango. La gente de organizó para hacer vigilias con tablas improvisadas, en y  por grupos de vigilancias, sobre todo en las noches. Los hombres se quedaban Manuel Varela un líder comunitario que desde una roca grande en la vía arengaba y conducía la mayoría de las actividades. Era severo con las  incumplimientos de movimiento y guardias, si había tomado un sitio colectaba dinero, hacía comida, recogía firmas o algo más. Nosotros lo cumplíamos todo por tener un techo sobre nuestras cabezas. Nos dijeron un día, hay que estar en Caracas en la sede de INAVI. Todos allá desde la mañana sentados en la grama esperando intrusiones. Y unos en corbateados nos veían desde las ventanas, como diciendo quiénes  son estos bichos raros. 

Allí esperando que una comisión nuestra bajara de las oficinas en cuestión Por fin, en la tarde recogimos y limpiamos los espacio donde esperábamos y al fin bajaron con promesas de solucionar todo y nos fuimos de regreso a San Joaquín .Cuando llegamos nos conseguimos con la sorpresa que la policía con maquinarias pesadas golpeaba y atropellaba a la gente, removió los ranchos con nuestros pocos utensilios. Y volvimos como fuerza a pelear. Y eso fue bombas lacrimógenas, detenidos. En esas refriegas, detuvieron al líder Manuel Varela, quien fue soltado después de un tiempo y en su lugar quedó otro líder: Nelson Linares. Nadie podía abandonar el rancho, so pena de perderla y reasignar le a otros el terreno de 8X10, cosa que ocurrió con varios casos. 

En esos días, aparecieron unos líderes políticos, Carlos Tablante y Didalco Bolívar, ofreciendo servicios de electricidad y agua para momentos de elecciones. Pero en un momento de desesperación, los personajes del Movimiento Al Socialismo (MAS), tuvieron que correr mientras una trulla de gente los perseguía y entraron a la casa de una vecina que los contuvo para un final sin mayor problema que lamentar. Volvieron otra vez y  comenzaron hacer las casas y colocaron  postes. Con el tiempo, a partir del 2000 empezaron a llegar nuevos servicios, telefonía residencial (CANTV), Internet y TV por Cable, un liceo y escuela de grandes dimensiones, la Priscila López y Creación El Tierral, El Simoncito... Más supermercados y abastos y carnicerías, el CDI y más organizaciones de bases como Los Mercales, Los PDVAL El Consejo Comunal Colinas De San Joaquín, La UBCH Somos Venezuela, organizaciones religiosas, grupos de danzas, deportivos, voleibol recreadores... Todavía faltan la versión de muchos fundadores y luchadores, además de los nuevos aportes y la idea es seguir, pedaleando con los relatos.




MI QUERIDA ABUELA TERESITA

 Autor: Justo García Pinto

(niño de 10 años)

        

        El  día 3 de octubre de 1935 nació mi abuela en un caserio llamado Santa Rosa sector La Florida perteneciente a la población de San Juan de las Galdonas  en la Península de Paría, es un  pueblo que está en la  punta que entra al mar del Estado Sucre  de Venezuela.
 
        Eran los últimos meses de vida de Juan Vicente Gómez quien muere el 17 de Diciembre del mismo año, había gobernado Venezuela 1908 hasta 17 Diciembre 1935,   mi abuela se llamaba Teresa de Jesús y nació en Oriente Estado sucre en las montañas de san Juan de las Galdonas su padre: Jesús Marín Montaño y su mamá; Teodora Basílica Guilarte. era la segunda de 10 hermanos su  familia  sus hermanos son: Lina Guilarte, Andrés Guilarte, Raúl Guilarte, Santo Guilarte, Julián Guilarte, Juan Guilarte, Eliecer Guilarte, Ligia Guilarte, Luz Guilarte, eran hijos naturales porque en aquellos tiempos los hombres no le daban el apellido a los hijos fuera de su matrimonio por tal motivo no tenían el apellido Marín.

Teresita mi abuelita con mi abuelito Justo y sus dos hijas mayores Almeda y Fanny
 una de las pocas cosas que salvaron cuando la tragedia del Limón, fue esta foto


SU INFANCIA

             La  infancia fue  en las montañas  de oriente entre matas de café y cacao  tiempos de  Eleazar López Contreras sucesor de  Gómez, la gente del campo  sembraban para su sustento en forma de conuco, el café y el cacao para negociar. Desde niña fue muy inquieta y su tía abuela “mamá cándida”  la consentía mucho según sus propios relatos le decía por cariño (la chita) diminutivo de Teresita, Cándida Bolívar   era una señora afro descendiente tía de Teodora Guilarte su madre que le tenía el apodo de “soberana” porque esta hacia lo que quería con el  consentimiento de la tía abuela y cuando le iban a castigar salía corriendo y se perdía, luego, para que no le pegaran llegaba con unas palos de leña a su rancho



.   ERA UNA PERSONA DE CARÁCTER FUERTE Y EMPRENDEDORA

           Me contó mi papá el señor Justo Garcia  “Por años 1945-1950 ya estaba en momentos de su pre adolescencia era durante este período que se realiza golpe de estado al general Isaías Medina Angarita , se eligió una Asamblea Constituyente que elaboró la constitución de Venezuela de 1947,  realizándose las primeras elecciones presidenciales, resultando electo el novelista Rómulo Gallegos y fue cuando llegó a esos campos orientales  la religión adventista”   y  mi abuelita soberana asume el liderazgo junto a otros al  invitar e  integrar el grupo de niños adolescentes que empezaron a llevar la palabra de Dios por todos esos campos valles y montañas y convertirlos al Adventismo”

            Fue entonces que ella mi abuelita por cuenta propia reúne algún dinero y con permiso a regañadientes de su padre se fue al  colegio Adventista ubicado  en Colombia país vecino  llamado COLVEN a estudiar su bachillerato allí por su espíritu emprendedor y su carácter logró trabajar en la cocina del colegio donde se ganó el puesto de jefa de cocina a los 16 años donde aprendió el arte de la alta cocina, dicen que cocinaba muy sabroso.... por motivos de falta de fondos económicos para seguir costeando el instituto regreso a su tierra natal Carúpano y se dedicó a colportar  oficio que hacen  los jóvenes líderes de la iglesia adventista como una obra en búsqueda de personas para que se integren a la religión

SU MATRIMONIO

            En la población de la Florida vive una familia  grande los García que eran vecinos de ellos y que también tenían oficios parecidos y pertenecían a la misma religión , entre ellos está Justo García que luego, sería su esposo hasta el final de sus días, deciden casarse y lo hacen por la iglesia y por civil. Cuenta ella misma y mucha gente que esa fiesta duró como dos semanas y vino gente de todas partes de otros pueblos cercanos y entre todos traían algún animal de regalo para la gran sopa y seguían la fiesta.

 ÉXODO DEL CAMPO

             Buscando mejoras de vida se mudan al Limón Municipio Mario Briceño Iragorry Estado Aragua y se instalan en  Mata seca un barrio donde se estaba comenzando con invasiones y como su hermano Andrés tenía una casa los hospedó hasta que se ubicaron  en el terreno que quedaba al lado y construyeron su casa.


De derecha a izquierda Teresa, Julian, Luz  dos de sus hermanos
 y su hija mayos Almeda Garcia


 LA SRA TERESA GUILARTE

            Se consolida el liderazgo en la comunidad donde junto a la gente del barrio iba a luchar para que le hicieran los acometidos de agua, luz, agua servidas entre otros y por su carácter solidario ayudaba a mucha gente y esta la reconocían como la señora Teresa, para su sustento montó su bodega en el  barrio, ella trabajaba de comerciante costurera y trabajaba en una bodega donde ese entonces vendía empanadas, arepas y otros.


Teresa mi abuela vestida de rojo con parte sus hijos


 LA TRAGEDIA DEL LIMÓN.

            A la llegada del 1986 llega la tragedia del Limón y pierde todo los años de esfuerzo pero no se desanimó  y se dedicó a conseguir que la ubicaran en el urbanismo Valle Fresco donde comenzó de nuevo con sus hijos sin vacilar y con una edad de 51 años sin empleo fijo volvió a hacer uso de su ingenio y abrió un pequeño negocio de comida para los obreros que trabajaban en las construcciones en los alrededores  del urbanismo logrando construir un espacio aparte para su bodega y otras habitaciones para su nueva casa.

LLEGADA DEL COMANDANTE CHÁVEZ

  El comandante Chávez con ideas de transformación social y toma el poder en elecciones democráticas, en esos años ofrece darle pensión a los adultos mayores que no habían cotizado el seguro social,  mi abuela se dedicó entonces a ir a Caracas al palacio de  Miraflores  y le concedieron su  pensión  por la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela algo que no había pasado nunca en favor de los adultos mayores en nuestro país, aun ha esa edad continuó la batalla contra la enfermedad de la diabetes como toda una soberana   falleció lamentablemente   18 de octubre en el 2011 una triste y dolorosa mañanapara todos sus familiares cuenta mi Padre Justo Pastor García Guilarte[1].




 



[1]Esta historia de mi abuelita la escribo con los cuentos, anécdotas, conversaciones de mis familiares principalmente mi papa  y muchas preguntas que hago sobre la vida de mi abuelita Teresa ya que es una persona que aunque ya partió  siempre está presente y la queremos mucho.