Este
relato es una vivencia de mi vida personal, de mi niñez, es real, y ahora de
adulta escribo estas añoranzas de ayer, trayéndolas al espacio y tiempo de hoy,
vividos junto a mis amigas y mis padres como también al lado de mi familia
Eres
alegría sin saberlo, a las niñas o infantes les das armonía, le das alegría,
produces satisfacción de tenerte, alegóricas, coloridas, insensibles si se
quiere, con alma escondida pero sonriente o algunas veces llorosa, das gozo y
contento a cuchas personas.
En otrora a mamá no le gustaba vernos
jugar con muñecas, pero a la vez nos hacía unas muñequitas con las mazorquitas
pequeñitas que nacen al lado de la mazorca grande del jojoto, peinaba sus
barbas blancaquitas y eso era el juguete de época para nosotras.
¡Que contradicción! No le gustaban las
muñecas, pero ella nos elaboraba otras que nos entretenían mucho. Fue así como
me interese tanto en coser mis muñequitas de trapo; comencé dibujando en mis
cuadernos rayados de muchas: novias, cocineritas, reinas, de primera comunión y
vestidas de lujo.
Luego de aquella época de mi niñez,
viaje con mis padres y hermanos a esta cuidad de Maracay, aquí
permanecimos varios años, es en esta que conocí a mi gran amiga, hermana y
comadrita del alma “ Alida”, la que vivía al lado de mi casa en el barrio
san Ignacio, nos fusionamos en una gran amistad desde aquellos tiempos
hasta ahora, les cuento… en las navidades el mismo niño Jesús traía regalos a
todos los niños de ese sector, menos a mi casa y yo le preguntaba a mi mama ¿ Porque
el niño Jesús no nos trae regalos a nosotros? Y ella respondía con voz suave y
despacito “se le acabaron los juguetes “, llorándole comunicaba a mi
amiguita “no me trajeron regalo” y ella
tan bella recogía sus jugueticos del año pasado y me los regalo, ¿ qué bello
gesto! Mantuvimos nuestra a mistad y jamás he podido olvidarla, recuerdos que
perduran..!
Mis muñecas me gustan, las que llaman
patas largas, las negritas, las de pelo blanco, de pelo amarillo, etc. Desde
tiempos remotos se usaron estas lindas muñecas de trapos para entretener ya que
el costo es cómodo, no se gasta dinero alguno.
En cuanto a lo sentimental no tiene
precio, no es igual una muñecas hecha con mis propias manos y con mucho amor,
que, una comprada en el mercado capitalista, por lo que viene a simplificar el
valor de sello y de identidad muy natural y particular como es la
caracterización de una cocinerita, una enfermera, la doctora, de pelo corto o
largo. Nuestras muñecas de trapo se
deben llevar a todos los rincones de Venezuela a través de las escuelas, los
talleres en las casa múltiples, comunas o bases de misiones, también se tratan
como terapia ocupacional o de oficio en las casa de los abuelos o de reposo.
Vengo de un mundo de muchos encantos como
es el “llano venezolano” y crecí en esta ciudad donde se abren los caminos de
la cultura; en cada espacio hay una enseñanza laboriosa perpetuada en el tiempo
de ayer, hoy y del mañana.
“Muñequita
linda
Ojitos
de cocuyos
Cuerpecito
frágil
Boquita
de cereza.
Radiante
tu sonrisa
Mudita
voz serena,
Mensaje
de esperanza
Lleva
en sus entrañas.
Canción
de las negritas
Blanquitas
y morenas,
Se
escucha en el ambiente
Por
toda Venezuela.
Nietas
y bisnietas
Retozan
en el patio,
Abrazando
con cariño
Sus
muñequitas de trapo”.[1]
Doña magdalena,
que es mi mama fue criada en el campo, me contaba ella, que no tuvo tiempo para
jugar… de ahí llegue a entender y comprender que para mí mama el vernos jugar
con nuestras muñecas de trapo, era perder nuestro tiempo.
Una de mis muñecas me guiña un ojo es “Esperanza” así la llamo, como también son mis esperanzas cuando creo que ya se pierden me guiño un ojo y me digo: sigue adelante allá en el horizonte encontraras lo que estas deseando. ¡Ah! Pero les digo que mis más bellas muñecas hermosísimas ellas, son mis hijas..! Yda e Yndira de carne y hueso, camina, hablan, brincan, saltan, ríen y también disfrutaron de sus muñecas de trapo.
Son un festín todas ellas (las
muñecas ) juntas parecen un circo con su payaso que no debe faltar, como las
muñecas de trapo no hablan y solo sus atavíos dicen lo que reflejan; hermosas,
contentas o tristes, en los cumpleaños de las niñas deberían estar presentes en
los cotillones. A las niñas de mi Venezuela se les debe educar con amor al
prójimo y la forma más sencilla es queriendo sus muñecas de trapo cuidándolas.
En una revista tricolor regalada por
profesora Nelly Guilarte, encontré el relato de una mujer llamada “Muñequera”
por su gran trabajo de mucho tiempo, oriunda del Estado Portuguesa, su nombre “Sobeyda”.
En esta revista escriben las muñecas de trapo y hasta sus declaraciones.
Declaraciones de las
muñecas de trapo:
A.
Nacemos por amor y con amor,
paz y poesía.
B.
Caminamos por el pueblo, nos
mantenemos en él.
C.
Valientemente enfrentamos la
existencia luchando por todas las cosas hermosas y sencillas que las componen.
o
Las cabezas e`bombillos
o
Las de tuzas, de barro, de
palo, de guácimo, las de barba de maíz, las de cera, etc, etc.
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