Autor: Larry Álvarez Torrealba
Somos más que diez calles; desde la colina al Gran Valle de Turmero
Desde arriba recorriendo La Colina, desde su cerro en el parque Henry Pittier. Se puede divisar sin mucho esfuerzo, cuatro formas de paisajes; uno que pudiéramos decir natural o selvático que se aprecia más intenso hacia la montaña con sus bosques de galería, árboles de medianos a altos y muy tupidos; y en contraste, comienza a observarse sabanas, pequeños arbustos, colindando con una tercera realidad en transición que no es ni urbana, ni rural, ni selvática, que se pudiera decir periurbana o algo así, bueno dejémosla para la investigación. Y por último, una composición urbana, la cual la describiríamos con estructura de cemento, acero, galpones, tanques de hierro, varias urbanizaciones con quintas, edificios, casas, avenidas y autopistas. Viéndolo bien, hay de todo o casi todo... Y sí, hasta un cementerio compartido; con un pie en el municipio Girardot, ósea Maracay y otro, en nuestra parroquia: Alfredo Pacheco Miranda.
Cuando vemos el Campo Santo nos persignamos ante
tantas cruces. Bueno, algunos se persignaron, otros no. Todos estos panoramas gozan
de características particulares, pero unidas por los mismos lazos visibles e
invisibles de La Madre Tierra. Continuando la caminata por la colina, a esta
altura también se nos concede una ventaja el ejercicio físico nos permite hacer
respiraciones más profundas y oxigenar el cuerpo y el alma, mientras la vista
se pierde, logramos apreciar el horizonte, se eleva más las posibilidades de
sentir y pensar. Es una hermosa vista, como un cuadro pintado por El Hermano
Sol, quien forja pinceladas en diferentes tonos a las faldas de los cerros,
colinas y sus montañas.
Por este otro costado, podemos observar
algunos sembradíos de caña, maíz y frijoles que están inmersos en los linderos
y sus demarcaciones al Gran Azul. De
pronto, selvas, sabanas y bosques se alzan acentuando la mirada. Es bien sabido,
que en este paisaje de verdes existe una gran e inmensa diversidad biológica,
donde encontraremos muchas especies de mamíferos, de aves, de reptiles y de
anfibios. Hacemos una parada para tomar agua del vital líquido. ¡¡Que sabroso!!
Esta zona aporta en mucho el agua que consumen diversos sectores de Maracay. Ya
sea por filtraciones a pozos naturales, ubicados en cercanía a esta zona, rica
en recursos hídricos. Aparte de una gran fábrica de aire puro. Todo Un
Privilegio que no mucho países poseen. Bueno, en este contexto geográfico
recordamos y ubicamos al Vecino Gigante de las Colinas. Se lo presentamos si no
lo conocen, el Henry Pittier, un parque con una superficie de 107.800 hectáreas
de áreas protegidas de la mayor diversidad biológica del mundo.
Pedaleando en La
Bici…
Cuando
el sol comienza a bajar es hora de subirnos a pedalear en la bicicleta
montañera y dar unas vueltas a la cuadra, al barrio y nuestra energía nos da más
ganas de retomar el tema del paisaje urbano. Circulamos desde la calle Girardot
y cruzamos a la Brion pasamos por la Páez y La Miranda. A ritmo de pedalear,
seguimos transitando la cotidianidad, donde transitamos cotidianamente. Empiezan
a salir, uno a uno, de dos en dos, los habitantes de las casas y se colocan en sus
sillas habituales para la conversa, al son de la brisa y de la música con
cierto volumen o conversando pacíficamente o acalorados. En el interior del
hogar se abandona el calor y en variados casos, los aires acondicionados y las
repeticiones en la televisión por cable con las mismas películas y series, una
y otra vez. La sombra da refugio a la buena temperatura y al aposento, para
encontrarse. Sus casas llevan sombreros de zinc o platabanda. La cancha luce
nuevos postes para recibir en la entrada de la noche a una muchachera que busca
jugar colectivamente la competencia.
En la Casa Comunal algunos rezan mientras la organización de la comunidad prepara su agenda. Ya por la mañana, cada quien viene por su porción de nutrientes en la Casa de Alimentación. Saludamos a los estudiantes que lucen sus uniformes de distintos colores. Hay algunas camisas que muestran firmas y dibujos pintorescos o atrevidos en sus telas. Suben y van al Módulo de Salud CDI, los acelerados del corazón, los de alguna ingesta inapropiada, las embarazadas o las lactantes, a los que no visitó Ratón Pérez y decidieron sentarse en la silla de la escupidera y el dolor, a pesar de la anestesia. Toda bullosidad en movimiento, gente entrando y saliendo al trabajo, a la faena, a la vida. Todos se trasladan como pueden, en bicicletas, motos, en carros particulares o camionetas de pasajeros, en los autobuses rojos o simplemente a pie.
Las cuadras
y calles se confunden, San Joaquín 1, 2 y 3; muy cerquitas las líneas de
división territorial. Nadie la ve Ya no
son diez cuadras. Y mi contabilidad comunal, incorporo la urbanización La
Orquídea, Bungavillas y más allá, la autopista Casanova Godoy que termina llegando
a las inmediaciones de la Universidad Bicentenaria de Aragua (UBA). Es
inevitable, no ser influenciado por el comercio, entre ellos, un cinturón de
galpones (Zona Industrial), como la ferretería EPA y concesionarias de carros.
Después de tantas vueltas por los alrededores de la parroquia, regrese a casa, a
descansar y guardar la bicicleta, para continuar otro día.
Gente con firmeza luchando por hacer realidad su sueño de
poseer un techo
Son las seis de la tarde y es hora buena para conversar, no hay mucha gente ya. Siempre está llena la casa de Luisa Pérez, si no es el CLAP son las misiones o los del consejo comunal o Somos Venezuela, nietos, hijos o vecinos; repleta día a día y a toda hora su casa. Ella es ex trabajadora del Hospital Central de Maracay. La verdad es que mientras converso con Luisa, me da risa una imagen de ella comiendo mango montada sobre el árbol en medio de su sala risa. Eso fue lo primero que ella me dijo cuando le pregunté que cómo era Las Colinas. Era una zona de árboles frutales justo aquí, donde conversábamos había una árbol de mango mucho antes de talarlo para hacer el rancho, fue su respuesta.
¿Qué quien es Luisa Pérez Bernardina de Martínez? Se me olvidó decir que es La Musía. Ahora saben de quién estoy hablando. ¿Por qué te dice La Musía? Por catira, soy hija de un portugués. Todos y todas me dicen La Musía ¿Por musiua? Soy venezolana, de Valle de las Pascuas. Tengo 31 años, 31 años risas. ¿Tan Joven? Será viviendo en Las Colinas. Más risas. La verdad es que tengo 66 años, lo dijo sin tapujos. En el 89 se fundó, sin contar los tres de lucha previos. Con la primera organización de base llamada “Los Sin Techos” La mitad de las familias que se vinieron para acá, eran de San Joaquín arriba. Sector 1 Aquí llegaron muchas familias, cuatrocientos diecisiete ranchos. Unas venían de Maracay, otras de Los Llanos, de Los Andes, de Oriente. La mía de Guárico. Están los Pérez, Los Magallanes, Los Colmenares, Los Linares, Los Maldonado, Los Ramírez y los Álvarez. Entre otros todo esto, lo recuerdo callado como te dije había matas frutales, muchos y muchos árboles grandes que fueron talados y quemados hasta sus raíces.
Y continúa con sus disertación el árbol de aquí duró soltando humo semanas. Pero nosotros, necesitábamos donde vivir y la primera pelea fue en unos terrenos que están antes que éstos donde estamos ahora, allí donde está la pared larga, más abajo, en la principal. Eso era una cerca de palos y alambres de púa. Los terrenos pertenecía a la señora Elia. Sus hijos son unos militares de alto rango. La gente de organizó para hacer vigilias con tablas improvisadas, en y por grupos de vigilancias, sobre todo en las noches. Los hombres se quedaban Manuel Varela un líder comunitario que desde una roca grande en la vía arengaba y conducía la mayoría de las actividades. Era severo con las incumplimientos de movimiento y guardias, si había tomado un sitio colectaba dinero, hacía comida, recogía firmas o algo más. Nosotros lo cumplíamos todo por tener un techo sobre nuestras cabezas. Nos dijeron un día, hay que estar en Caracas en la sede de INAVI. Todos allá desde la mañana sentados en la grama esperando intrusiones. Y unos en corbateados nos veían desde las ventanas, como diciendo quiénes son estos bichos raros.
Allí esperando que una comisión nuestra bajara de las oficinas en cuestión Por fin, en la tarde recogimos y limpiamos los espacio donde esperábamos y al fin bajaron con promesas de solucionar todo y nos fuimos de regreso a San Joaquín .Cuando llegamos nos conseguimos con la sorpresa que la policía con maquinarias pesadas golpeaba y atropellaba a la gente, removió los ranchos con nuestros pocos utensilios. Y volvimos como fuerza a pelear. Y eso fue bombas lacrimógenas, detenidos. En esas refriegas, detuvieron al líder Manuel Varela, quien fue soltado después de un tiempo y en su lugar quedó otro líder: Nelson Linares. Nadie podía abandonar el rancho, so pena de perderla y reasignar le a otros el terreno de 8X10, cosa que ocurrió con varios casos.
En esos días, aparecieron unos líderes políticos,
Carlos Tablante y Didalco Bolívar, ofreciendo servicios de electricidad y agua
para momentos de elecciones. Pero en un momento de desesperación, los
personajes del Movimiento Al Socialismo (MAS), tuvieron que
correr mientras una trulla de gente los perseguía y entraron a la casa de una
vecina que los contuvo para un final sin mayor problema que lamentar. Volvieron
otra vez y comenzaron hacer las casas y
colocaron postes. Con el tiempo, a
partir del 2000 empezaron a llegar nuevos servicios, telefonía residencial (CANTV),
Internet y TV por Cable, un liceo y escuela de grandes dimensiones, la Priscila
López y Creación El Tierral, El Simoncito... Más supermercados y abastos y
carnicerías, el CDI y más organizaciones de bases como Los Mercales, Los PDVAL
El Consejo Comunal Colinas De San Joaquín, La UBCH Somos Venezuela, organizaciones
religiosas, grupos de danzas, deportivos, voleibol recreadores... Todavía
faltan la versión de muchos fundadores y luchadores, además de los nuevos
aportes y la idea es seguir, pedaleando con los relatos.
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