miércoles, 5 de agosto de 2020

EL FOGÓN CAMPESINO: desde mis vivencias

Autor: Carlos Manuel González Ortíz


En nuestro caso, el fogón puede definirse, de acuerdo con lo vivido y compartido con la colectividad campesina, de la siguiente manera: El fogón es un lugar rústico para preparar alimentos, conformado por una troja de madera y tierra, sobre la cual se colocan tres o más topias (bolas de barro) que funcionan como hornillas de cocina, entre las cuales se coloca leña para encender fuego y cocinar los alimentos en recipientes (ollas o calderos) colocados sobre ellas.

En ese orden de ideas, pasamos a abordar el fogón como un elemento primordial en la vida de las familias del campo. Para ello, se estructurará de tal forma que indique los aspectos en los cuales el fogón influye de manera predominante en la cultura familiar de los campesinos, como a continuación se indica.




CONFECCIÓN Y CONSTRUCCIÓN DEL FOGÓN

Para construir un fogón, una vez construidas las viviendas, las familias buscan una serie de herramientas que le permiten conseguir, en los bosques cercanos, los materiales necesarios para tal fin. En ese sentido, cogen hacha y machete, luego salen a cortar las horquetas y varas de madera necesarios para armar la troja en el espacio (recinto) de la cocina del hogar campesino. Una vez con dicho material, cavan los hoyos pertinentes en el lugar correspondiente, clavan las horquetas y luego arman la troja sobre la cual se hace un encofrado donde se deposita tierra de un hoyo cavado en el patio cercano, esto para hacer un piso en la troja y darle resistencia al fuego que luego será encendido diariamente sobre dicha plataforma.

Construida la troja cubierta de tierra, la cual es pisoneada para darle mayor compactación, los campesinos salen en grupo hacia el estero o cañada más cercanos, para una vez allí cavar entre la tierra agrietada por la sequía del verano intenso, de la excavación extraen las “topias” de barro seco, las cuales son trasladadas a la casa donde son labradas y colocadas en forma triangular, de modo que puedan sostener una olla o caldero, o también el budare de hacer cachapas o arepas. En todo caso, le agregan topias necesarias según los fogones que se requieran según el grupo familiar. Por lo general son dos o tres fogones que pueden funcionar de manera simultánea.

FUNCIONAMIENTO DEL FOGÓN

Una vez construido el fogón, se activa otro componente del mismo conformado por la leña seca obtenida de árboles secos del bosque: guácimo, carabalí, guamo, entre muchos otros.  En esta ocasión los campesinos encomiendan la tarea de buscar la leña a los muchachos, jóvenes de entre cinco y doce años, para que en grupo acudan a los lugares con arbustos o árboles secos caídos y trasladen los troncos o ramas secas hasta la casa y cortarla con hachas o machetes para luego almacenarlas debajo de la troja, de manera que siempre haya leña seca debajo del fogón.

En otras ocasiones, un experimentado peón o miembro adulto de la familia campesina se encarga de la tarea de buscar la leña y acude al bosque con hacha en mano para derribar algún árbol seco y trasladar su madera a la casa donde, una vez en el patio, procede a cortar el tallo seco en rolos y hender la leña, colocándola luego debajo del fogón o en algún lugar especial destinado para ello, lo cual suele ser un galpón o caney; faena esta que generalmente es realizada por los muchachos.

Una vez con la leña almacenada, por lo general en la época de sequía (verano) para contar con leña para la época de lluvias (invierno), la ama de casa o cocinera toma las astillas y las coloca entre las topias y procede a encenderlas utilizando para ello las chamizas (escorias de madera producto de los cortes realizados) y un poco de querosene o cualquier otro combustible disponible, procediendo a encenderlo con fósforos, yesquero, etc.

Una vez encendido el fogón, allí se puede cocinar cualquier tipo de comida que requiera el uso de fuego para culminar su preparación. Entre los alimentos y bebidas preparadas en el fogón se encuentran: el aromático café que acompaña las mañanas y tardes campesinas; los tradicionales hervidos, sopas o sancochos, las hallacas navideñas, los dulces y/o comidas tradicionales o de Semana Santa, todo ello con un peculiar sabor de fogón y el característico olor a leña inconfundible en las comidas producto de este invaluable sistema para la preparación de alimentos en las casas campesinas.



Como hemos podido apreciar, el fogón es un sistema ingenioso adecuado para la preparación de alimentos en las viviendas campesinas; sin embargo, el mismo no se limita al campo, por cuanto también es posible su implementación en las ciudades con acondicionamientos más sofisticados.

        Asimismo, como autor, he sido protagonista de los hechos concretos alrededor del tema central, los cuales están conformados por diferentes faenas compartidas, puesto que mi infancia la viví en el sector donde se desarrollan los hechos aludidos (espacio geográfico) compartiendo las actividades cotidianas donde el fogón siempre está presente, pues es la fuente de preparación de los alimentos que a diario se consumen en la comunidad y más concretamente en las familias que allí cohabitan.

        Es decir, el tema “El Fogón”, forma parte de mis propias vivencias como autor. Por ello, considero, desde una óptica metodológica se trata de un trabajo enmarcado en el ámbito etnográfico, por cuanto son las vivencias mismas del autor, la principal fuente de las ideas expresadas en el texto.

 

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